Desde que en 1982 la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y su consecuente Síndrome de Inmunodeficiencia adquirida (SIDA) se convirtieron en una pandemia mundial, su transmisión se incrementa progresivamente, afectando a millones de adultos jóvenes.
El psicólogo de la clínica de terapia antirretroviral (TARV) del Ministerio de Salud en Chiriquí, Franklin Martinis informó que en esta región se administra tratamiento a mil 300 pacientes VIH positivos y advirtió sobre la posibilidad de que una cantidad muy superior de casos, no conozca su condición.
El funcionario destacó que más del 50% de los casos que reciben TARV tienen entre 25 y 35 años de edad, lo que permite deducir que muchos se infectaron durante su adolescencia; y que durante varios años desarrollaron una vida sexual activa, sin saber que eran portadores del VIH.
Martinis señaló que los avances de la medicina permiten a los pacientes VIH-SIDA que reciben un controlado tratamiento, continuar con su vida “normal”; pero advirtió que esto desmerita que se trate de una terrible e incurable enfermedad.
“Lo que no ha variado son las estrategias para prevenir la infección y transmisión del VIH-SIDA: sostener exclusiva y mutuamente relaciones sexuales con la misma persona, de lo contrario utilizar siempre preservativos o abstenerse”, expresó Martinis.
Uno de los factores agravantes de la pandemia por VIH-SIDA es la temprana iniciación de la vida sexual de las niñas o niños y la deficiente educación sobre el tema; principalmente entre la población en extrema pobreza.
En el año 2022, en Panamá se registraron mil quinientos nuevos casos de VIH; siendo las regiones más afectadas Panamá centro, la comarca Ngäbe Buglé, Colón, San Miguelito, Panamá Oeste y Chiriquí.